Chat en Línea

Inicio

Instituto Sonorense de Cultura
Presentan conversatorio y master class de twerking en Sala de Arte del ISC

Presentan conversatorio y master class de twerking en Sala de Arte del ISC

El Instituto Sonorense de Cultura (ISC) llevó a cabo el conversatorio y master class El twerk como herramienta de empoderamiento como parte de los Miércoles de Baile que se realizan en la Sala de Arte del ISC.

Hermosillo, Sonora; a 19 de septiembre de 2024.- En los últimos años el twerk (baile que se realiza a través de movimientos pélvicos) ha cobrado una popularidad creciente en el mundo, no solo en la esfera del entretenimiento, sino como una forma simbólica de refugio y de espacio seguro. Hablar del twerk es hablar de muchas cosas, pero sobre todo, es un recordatorio de que la danza es identidad, de que la danza es resistencia.

Surgido en la década de 1980 en Nueva Orleans, Luisiana, y enmarcado en la cultura del hip hop, el twerking —hermanado con el bounce— surge en las poblaciones afroamericanas y en los colectivos LGBT+ como forma de resistencia, como forma de reafirmar y visibilizar sus identidades. Hay un nutrido árbol genealógico para llegar al twerking —y por extensión al bounce, al perreo y a otros bailes surgidos fuera del canon hegemónico—: los bailes africanos, concretamente el mapouka, originario de Costa de Marfil, donde los glúteos y la zona pélvica son el epicentro del movimiento. Con el paso de los años y una creciente popularidad del twerking (que es una contracción de las palabras twist y jerk), este baile se ha convertido en una especie de ejercicio, sí, pero también en refugio y espacio seguro para mujeres y personas LGBT+.

“Yo llegué al twerking en un momento de mi vida donde no tenía seguridad. Una maestra de la Ciudad de México vino a Hermosillo a ofrecer un taller de twerking y decidí entrar”, explica Alejandra Chávez; “desde la primera clase me enamoré. Idyali y yo decidimos crear este proyecto con el objetivo de tener un espacio sororo, es decir, un lugar donde todos somos herramientas de todos para ir creciendo juntas: aquí son bienvenidos todos”.

Dicen que en su origen se encuentra su sino, y como el jazz —también emanado de Nueva Orleans—, la libertad y la improvisación es una de las características fundacionales del baile. Al twerking lo atraviesan grandes debates, discursos y visiones, desde los estudios sociales decoloniales se vislumbra una revolución en los paradigmas del baile como pura liberación, como expresión contracultural donde hay un empoderamiento del cuerpo (femenino, sí, pero también una sublevación a los cánones estéticos hegemónicos). 

En el proyecto de Alejandra Chávez e Idyali Gutiérrez se construye un espacio liminal que sirve como refugio y como lugar de libertad y de expresión.

Consulta todas las actividades culturales de nuestra entidad en isc.sonora.edu.mx y en redes sociales a través de @iscsonora.